viernes, 1 de noviembre de 2013

Cuadrillas de trabajo reactivaron 30 puntos de luz






















































































Cuadrillas de trabajo reactivaron 30 puntos de luz








Cuadrillas de CORPOELEC dejaron operativo el alumbrado público de las avenidas Bermúdez y Miranda de Guatire, el cual se vio afectado recientemente por la ruptura de un cable ubicado en la tanquilla subterránea de la empresa eléctrica





01-11-2013










El Ministro Chacón reveló que el SEN cuenta con 2 mil MW de reserva








Precisó que se ha logrado tener el control de todo el sistema de generación y se han podido efectuar diversos trabajos de mantenimiento programado, lo que contribuye con la normal operatividad del SEN





01-11-2013
































Al 01 de Noviembre de 2013:



270,77





























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Cuadrillas de trabajo reactivaron 30 puntos de luz






















































































Cuadrillas de trabajo reactivaron 30 puntos de luz








Cuadrillas de CORPOELEC dejaron operativo el alumbrado público de las avenidas Bermúdez y Miranda de Guatire, el cual se vio afectado recientemente por la ruptura de un cable ubicado en la tanquilla subterránea de la empresa eléctrica





01-11-2013










El Ministro Chacón reveló que el SEN cuenta con 2 mil MW de reserva








Precisó que se ha logrado tener el control de todo el sistema de generación y se han podido efectuar diversos trabajos de mantenimiento programado, lo que contribuye con la normal operatividad del SEN





01-11-2013
































Al 01 de Noviembre de 2013:



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Ejecutado mantenimiento anual a la subestación Conejeros de Nueva



























































































Este mantenimiento se realizó para evitar fallas del sistema, aumentando así la confiabilidad del servicio que beneficia a sectores ubicados en los municipios García y Mariño





31-10-2013










En Cojedes








Trabajadores y trabajadoras que conforman el Frente de Trabajadores Socialistas de CORPOELEC en Cojedes, de manera democrática y participativa activaron la organización de estrategias a fin de dar apoyo al proceso revolucionario





31-10-2013
































Al 31 de Octubre de 2013:





























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Los 164 camiones de agua anuales por cada español, Por: Clemente Álvarez





Según un estudio publicado de forma reciente en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), España es uno de los países con mayor huella hídrica del mundo: 2.461 m3 de agua al año por persona. Esta cantidad es realmente llamativa. Para hacernos una idea, un camión cisterna de tamaño medio puede cargar cerca de 15 m3, así pues la huella hídrica anual de cada español equivaldría a unos 164 camiones cisterna. Pero, cuidado, hay que saber interpretar este dato: la mayor parte corresponde a uso de agua de lluvia, mucha de ella, caída en otros países. La novedad de este trabajo de Arjen Hoekstra y Mesfin Mekonnen, de la Universidad de Twente (Holanda), es que muestra la huella hídrica de la humanidad a una escala mucho más detallada de lo que se había hecho hasta ahora. Tras analizar el uso del agua en cada país, los investigadores calculan que la huella hídrica media del mundo en el periodo 1996-2005 fue de 1.385 m3 al año por persona. Este concepto creado hace unos años por el propio Hoekstra incluye tanto el agua consumida directamente, como la empleada de forma indirecta en lo que comemos o los productos industriales que compramos. La huella estimada para España resulta algo más alta que otros cálculos anteriores, pero se acerca bastante a la de estudios españoles como los de Maite Aldaya y Alberto Garrido (que se supone que han dispuesto de información todavía más precisa sobre el terreno). En cualquier caso, en los cálculos de los holandeses se verifica que la huella hídrica per cápita de España es una de las más altas del mundo, quedando tan solo por delante Níger, Bolivia, EEUU y Portugal. ¿Hasta qué punto es malo tener una huella hídrica alta? Si en lugar de consumir agua, hablásemos de gastar dinero, diríamos que depende de cuánto tenga cada uno en el banco. Además, al igual que pasa con los billetes, el utilizar agua (para regar, por ejemplo) no significa que desaparezca. Como ocurre cíclicamente en nuestra cuenta corriente, a través de la lluvia y la nieve, se espera que cada cierto tiempo vuelvan las reservas. El problema viene cuando se gasta más cantidad de la que se dispone o cuando se quita de otros usos básicos, como el mantenimiento de los ecosistemas. “Es importante controlar cuál es nuestro presupuesto de agua en cada momento a escala de cuenca hidrográfica; esto habría que hacerlo no solo cada año, sino cada mes, o incluso en periodos todavía más cortos”, incide Maite Aldaya, consultora del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) que ha trabajado en huella hídrica con Hoekstra. En un país como España parece sensato ahorrar agua en la cuenta corriente para cuando falte. Pero, existen otras particularidades. Como se ha explicado otras veces que se ha hablado de huella hídrica en el blog (con una bebida carbonatada con azúcar o con una pizza margarita), este concepto distingue tres tipos de agua distintos: azul, verde y gris. El color azul corresponde al agua de riego, el verde a la que cae en forma de lluvia y el gris a la que resulta contaminada. Está claro que no es nada bueno tener una huella hídrica alta en agua gris. Y tampoco es lo mismo usar mucha agua verde que azul. El estudio publicado en PNAS no da los datos concretos calculados para cada país, pero toda la documentación del trabajo de los holandeses está en Internet (vol.1 y vol.2). En el caso de la huella hídrica de España, se estima que de los 2.461 m3 anuales por persona, 338 m3 son de agua gris, 321 de azul y 1.802 de verde. Por comparar, a escala mundial, de los 1.385 m3 al año por persona, 216 m3 corresponden al color gris, 153 al azul y 1.015 al verde. Supongamos ahora que sigue mucho tiempo sin llover y empieza a haber escasez de agua: ¿Cómo se puede reducir de forma más eficaz la huella hídrica de los españoles? Según se vuelve a incidir una vez más en este estudio, resulta mínima la proporción de agua utilizada directamente en casa por un español, pues la mayor parte del gasto se produce en lo que comemos, en la agricultura (esta representa el 92% de la huella hídrica en el mundo). Así pues, aunque está muy bien ducharse en lugar de llenar la bañera y cerrar los grifos para no malgastar este recurso, todo esto vale de bien poco si no se incide en los alimentos. “Para los consumidores es difícil, pues no hay un etiquetado que oriente sobre la huella de cada producto”, comenta Aldaya. Como recuerda el estudio de Hoekstra y Mekonnen, la huella hídrica de cada país va a depender mucho de los hábitos alimenticios. En el caso de España, los productos para los que se utiliza más agua son: el cerdo, la leche, el bovino, el aceite de oliva, otras carnes, el trigo, el café, el vino, el azúcar, la soja… Esto es así por la cantidad de toneladas consumidas, pero también por la especial huella hídrica de estos alimentos; sobre todo de las carnes, por el agua necesaria para cultivar los piensos que se les da de comer a los animales. Según estimaciones de un trabajo anterior de Hoekstra de 2004, Water Footprints of Nations, producir un kilo de patatas en España tendría una huella hídrica de 53 litros de agua, un kilo de naranjas 362 litros, un kilo de lentejas 10.589 litros, un litro de aceite de oliva virgen 15.831 litros y un kilo de carne de vacuno 20.157 litros. Por otro lado, para interpretar de forma correcta la huella hídrica también resulta relevante el comercio internacional. En 2008, Barcelona tuvo que recurrir a barcos de agua procedentes de Francia para paliar la grave sequía que padeció entonces. Aunque éste parezca un caso extremo, la realidad es que se está transportando continuamente cargamentos de agua virtual por todo el mundo (la que se ha necesitado para fabricar los alimentos y otros productos de las importaciones y exportaciones). Según el estudio de PNAS, en el periodo 1996-2005, el comercio internacional movió 2.320 Gm3 al año de agua virtual, la mayor parte (un 76%) en forma de productos agrícolas. Los mayores exportados de agua virtual fueron EEUU, China, India y Brasil. Y los mayores importadores EEUU, Japón, Alemania y China. En la imagen que ilustra este post se muestran los principales flujos del agua virtual en el mundo, así como el balance en los intercambios comerciales: los países que aparecen en color verde (como EEUU) exportan más de la que importan y, al contrario, los que figuran en rojo (como España) traen más de fuera de la que aportan. Hoekstra y Mekonnen estiman que el 21% de la huella hídrica de los países del mundo se produce fuera de sus fronteras, en lugares desde los que se importara luego algún producto. En el caso de España, calculan que este porcentaje sube al 42,9%. Aunque los países más dependientes del agua exterior son Malta (un 92%), Kuwait (90%), Jordania (86%), Israel (82%)... Sorprende el porcentaje del Reino Unido, con un 75,2%, aunque no es por falta de agua, sino por su alta dependencia de la agricultura exterior. Los investigadores holandeses llaman la atención sobre la importancia de que los países con gran dependencia exterior asuman esta situación y adopten las políticas necesarias en el ámbito internacional para asegurarse un suministro de agua seguro y sostenible. ¿Es injusto que algunos países asuman parte de la huella hídrica de otros? En el balance de agua virtual de las exportaciones e importaciones, España pierde agua azul (de riego) que se va a otros países, pero gana mucha más verde (de lluvia). Así pues, el agua virtual que entra por medio de los productos agrícolas procede fundamentalmente de lluvia de otros países más húmedos, como Brasil o Argentina. Según subraya Aldaya, para mejorar la huella hídrica de un país se debe invertir en sistemas de riego más eficientes, favorecer los cultivos que consumen menos agua de riego, reducir la contaminación en la agricultura… El estudio destaca el ejemplo concreto de Bolivia y Níger: en el país andino, la huella hídrica de cada tonelada de carne es cinco veces la de la media global, mientras que en africano la huella hídrica de los cereales es seis veces la de la media. No obstante, como incide la española, otra de las posibilidad puede ser justamente recurrir al comercio, a una especie de trasvases de agua virtual; es decir, traer de otros países más húmedos los productos que consumen más agua. “Puede ser una forma de redistribuir este recurso”, comenta la consultora, que no obvia que el comercio internacional supone otro tipo de impactos. La cuestión puede ser controvertida. No obstante, como se ha comentado en algún post anterior, resulta interesante de analizar. Alberto Garrido, profesor de Economía agraria de la Universidad Politécnica de Madrid y subdirector del Observatorio del Agua de la Fundación Botín, entidad que trabaja en el comercio de agua virtual desde 2009, considera que, en caso de escasez de agua en España, no solo hay que tener en cuenta la huella hídrica para favorecer los cultivos más eficientes, sino introducir además la variable económica. El planteamiento sería aprovechar las disponibilidad de agua de España para regar aquello que aporta más valor económico con menos agua y traer de fuera lo que gasta más con menores rendimientos. “Esto significaría fundamentalmente aumentar las importaciones de cereales (como trigo, maíz…), que se utilizan sobre todo para el pienso de los animales”, comenta. “Cada tonelada de maíz que llega a un puerto español es mucha agua". http://blogs.elpais.com/eco-lab







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¿Cuántos peces hacen falta para producir un pez?

¿Qué comen los peces de acuicultura que nos comemos? http://blogs.elpais.com/eco-lab




Un nuevo reglamento europeo autoriza a que a partir del 1 de junio de este año se vuelvan a utilizar en la UE proteínas de animales terrestres no rumiantes (es decir, restos de pollos o cerdos, pero no de vacas, cabras u ovejas) en los piensos para peces de cultivo. Esta medida, que está generando controversia en Europa (ha sido cuestionada por la ministra de Ecología de Francia Delphine Batho), busca ayudar a la creciente industria de la acuicultura, que no lo tiene fácil para alimentar a sus peces de granja. Un indicador que ilustra muy bien el problema es el precio de la harina de pescado con el que se alimenta a los peces de cultivo, que este verano llegó a estar en 2.000 dólares la tonelada. Esta harina es el principal ingrediente de los piensos que se da a la mayor parte del pescado de acuicultura que se compra en las pescaderías españolas (como el salmón, la lubina, la dorada, la trucha…). Como explica Rocío Robles, directora técnica del Centro Tecnológico de Acuicultura de Andalucía (una fundación en la que participan diferentes empresas de acuicultura y de piensos), esta harina se fabrica principalmente con peces capturados para consumo no humano, como la anchoveta, pero también puede elaborarse con espinas, cabezas y restos de otras especies. “El precio de la harina puede cambiar casi cada semana porque las pesquerías están en declive y este recurso es limitado”, asegura Robles, que explica que por ello se está intentando diversificar todo lo posible los ingredientes de los piensos, introduciendo algún porcentaje de otro tipo de proteínas marinas, vegetales (soja)… O, a partir de junio, proteínas procedentes de animales terrestres (por ejemplo, con las carcasas de los esqueletos, cuellos y otros restos de la industria avícola). “Esto permite ampliar la disponibilidad de recursos y aliviar la presión de los precios”, detalla Robles, que afirma que el consumidor puede estar “totalmente tranquilo”. Habrá que ver qué piensa el consumidor, pero lo que parece claro es que la alimentación constituye uno de los puntos críticos del pescado de granja. Y para ser la alternativa a la pesca, parece demasiado dependiente de la industria extractiva. ¿Cuántos kilos de pescado se necesitan para producir un kilo de pescado de cultivo? Lo cierto es que existe bastante controversia sobre estos índices de conversión (también conocidos como FIFO, fish in-fish out). En el libro Cuatro peces. El futuro de los últimos alimentos salvajes, el periodista Paul Greenberg asegura que para producir un kilo de salmón (el pez de cultivo más vendido en el mundo) se necesitan 3 kilos de pescado salvaje y para obtener en una granja de engorde un kilo de atún nada menos que 20 kilos de pescado. Sin embargo, la directora técnica del Centro Tecnológico de Acuicultura de Andalucía remite a una página de Internet de la International Fishmeal and Fishoil Organization en la que se defiende que, en el caso del salmón, la relación es de 1,4 kilos de peces para producir un kilo de carne. Los datos son confusos porque no siempre se utilizan las mismas medidas. Esta equivalencia resulta más fácil de medir (y verificar) en kilos de pienso o de harinas de pescado. Según Francisco Javier Sánchez, catedrático de Fisiología de la Universidad de Murcia, por lo general, “se necesita como mínimo el doble o más de harinas de pescado para producir un pescado de cultivo”. Esto coincide con los datos del último informe de la Asociación Empresarial de Productores de Cultivos Marinos (Apromar) sobre la Acuicultura Marina en España 2012, que muestra que en 2011 se produjeron en el país 42.675 toneladas de pescado de acuicultura marina y que para ello se utilizaron 89.000 toneladas de pienso. “Lo inteligente sería comer nosotros la anchoveta con la que se hace las harinas de pescado”, incide Sánchez. No es que la producción de pescado de granja sea más ineficiente que la de los animales terrestres utilizados para carne. Como incide el catedrático de la Universidad de Murcia, según datos de la FAO, con 100 kilos de pienso se pueden obtener 65 kilos de salmón, pero con esa misma cantidad de alimento se consigue solo 20 kilos de pollos o 12 kilos de cerdo. “Los peces son más eficientes conversores de alimento en carne”, explica. La dificultad no está en que se trate de peces, sino en que en Europa, y España, las especies de pescado de cultivo con mayor éxito comercial son carnívoras. “Es como si en lugar de criar vacas para carne lo hiciéramos con leones o tigres”, detalla el catedrático. “Para alimentar estos peces se requieren proteínas de gran calidad”. Aunque se está investigando para ampliar todo lo que se pueda la proporción de otros ingredientes en los piensos, parece difícil llegar a solucionar esta dependencia de otros pescados . “A un tigre no le puedes cambiar para que sea herbívoro”, señala Sánchez. También es verdad que la acuicultura es mucho más. A diferencia de los sistemas agropecuarios terrestres, en los que el número de animales y plantas domesticados no es tan grande, en el año 2010 se estaban criando en el mundo 538 especies diferentes de peces, moluscos, crustáceos o algas. El entorno marino y acuático es mucho más diverso (y hay muchas otras especies sin los problemas de los peces carnívoros). Así pues, otra opción sería cambiar los gustos de los europeos para que empezasen a pedir productos diferentes en las pescaderías. Hay peces casi herbívoros de acuicultura como la tilapia (la especie de la imagen superior) o la carpa que son ya muy habituales en los platos de otras partes del mundo. Sin embargo, como explica Sánchez, en este sector tan importante como la biología son los gustos de los consumidores. De eso sabe bastante Rafael Ordás, un ingeniero agrónomo andaluz que desde 2012 cría tilapia en una granja piscícola de Córdoba. “Si está funcionando tan bien en países como EEUU, por qué no aquí”, subraya este emprendedor, que explica que están consiguiendo producir un kilo de tilapia con 1,3 kilos de pienso, en este caso, principalmente de origen vegetal. Por supuesto, el problema no es tan simple. La directora técnica del Centro Tecnológico de Acuicultura de Andalucía advierte que el consumo masivo de piensos de origen vegetal (como la soja) podría crear también otros problemas, al competir con otro usos en la alimentación y aumentar los precios. “Tal y como se están disparando los precios, la materia prima es la clave”, reconoce Ordás, que también cree que “todo no es negro o blanco”. En cualquier caso, esta es una de las grandes incógnitas por despejar de la pujante industria de la acuicultura. En Cuatro peces. El futuro de los últimos alimentos salvajes, Greenberg busca un símil bastante llamativo para visualizar la enorme cantidad de pescado que se pesca en el planeta: “las capturas de peces salvajes en todo el mundo ascienden a más de 75.000 millones de kilos, el equivalente en peso a toda la población humana de China, un pescado que, año tras año, se filetea, se saltea, se cuece a fuego lento, se asa o se fríe”. A pesar de las muchas advertencias sobre su excesiva explotación, esto es seis veces más de que lo que se extraía del mar hace 50 años. Es mucho. Pero es que, a la vez, toda la acuicultura produce ya una cantidad equivalente en peso, unos 78.900 millones de kilos en 2010: otra población china. Y sigue creciendo. Los peces carnívoros son voraces, pero los humanos mucho más. Por: Clemente Álvarez | 23 de febrero de 2013







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