31/01/2013 04:34:28 p.m. | Pablo Rafael González *.- El panorama de escasez de alimentos y otros productos básicos, déficit fiscal, inflación y especulación no se soluciona modificando la paridad bolívar-dólar.
La expectativa de devaluación de la moneda ha sido alimentada ex profeso por algunos expertos desde el año pasado para satisfacer intereses personales o de grupos económicos nacionales e internacionales, haciéndole un inmenso daño al país, ya que los especuladores utilizan esto como argumento para justificar el aumento de precios.
La expectativa de devaluación de la moneda ha sido alimentada ex profeso por algunos expertos desde el año pasado para satisfacer intereses personales o de grupos económicos nacionales e internacionales, haciéndole un inmenso daño al país, ya que los especuladores utilizan esto como argumento para justificar el aumento de precios.
El Gobierno ha guardado silencio y, hasta ahora, no ha dicho qué decidirá en materia cambiaria. Pero la amenaza está allí, presente.
Por las razones antes expresadas he considerado un deber exponer un concepto diferente que, por lo demás, tiene una sólida base racional y lógica.
Ante el evidente deterioro de la capacidad de compra del bolívar fuerte, se debe crear una nueva moneda sólida, a la par del dólar , el bolívar oro, respaldado por dos riquezas de Venezuela que tienen un valor irrefutable: el petróleo , que se transa en dólares y el oro, que también se negocia en divisas. Ambos se erigen como los instrumentos de reserva monetaria por excelencia, aceptados universalmente.
Para dar respuesta a algunas observaciones, debo decir que Venezuela, por su condición de país petrolero importante, no puede ser comparado con Argentina que, a pesar de formar parte de las primeras economías del mundo, tiene condiciones diferentes a las de nuestro país.
Los países petroleros, en general, por su alto ingreso en divisas, son considerados separadamente, de manera especial en todas las instancias internacionales y así incluso lo reflejan las estadísticas globales.
Por ejemplo, no se pueden establecer paralelismos entre la Argentina de Domingo Cavallo y Venezuela. El país sureño sufría una hiperinflación que Cavallo, sin embargo, logró controlar, lo que no había hecho ninguno de sus antecesores.
Venezuela no debe copiar modelos de otros países para desarrollarlos mecánicamente aquí porque es un país distinto y tiene que encontrar sus propias soluciones.
La aplicación de modelos foráneos fue lo que pasó a partir de 1989 con la imposición de las políticas del Fondo Monetario Internacional, cuyas consecuencias todos conocemos.
La creación del bolívar oro es, pues, una solución diferente por las condiciones especiales de Venezuela como país petrolero.
pablorafaelgonzalez@yahoo.es
* El autor es articulista especialista en temas económicos. Fue fundador de la Oficina de Análisis Político del extinto Congreso de Venezuela, asesor de la presidencia del Congreso, exdirector de la Oficina Central de Planificación (Cordiplan).